martes, mayo 29, 2007

 
¿Alguna vez habéis padecido en vuestras proximidades una tía a dieta? ¿Y a alguien que está dejando de fumar?... Si la respuesta es sí, sabréis que en ambos casos se trata de personas que, como por arte de magia, se vuelven insoportables. En el primero de lo casos, la presunta gorda --porque normalmente lo que le sobran son dos o tres kilos que se van meneando un poco el culo y comiendo menos donetes-- tiende a observarte con una graciosa mezcla de furia, envidia y asco porque tú no lo estás, escena que se agrava si es la hora de comer y te estás zampando un bocata mientras ella se conforma con una manzana o unas cuantas hojas de lechuga sin aceite. Algunas hijas de puta, encima empiezan con lo del colesterol, que si tú también tendrías que empezar a cuidarte, bla bla bla.
Con los ex fumadores suele ocurrir lo mismo y las probabilidades cósmicas de que la conversación termine derivando en las terribles enfermedades que vas a padecer te ponen tan nerviosa que no puedes evitar fumarte dos pitillos más de una tacada aunque sólo sea por el canguelo del momento.

En ambos casos, lo que ocurre es que esas personas no terminan de tener interiorizado el proceso al que se enfrentan y, para reafirmarse, necesitan que tú te sientas mal por no darte la gana de pasarlas tan putas como ellos. De esta forma, ellos pueden decirse: qué fuerte soy, no como esta inútil de pulmones negros y arterias untadas en manteca.

Realizado este tosco pero no menos clarificador ejercicio de psicoanálisis --gracias, ferias del libro españolas por proporcionarme tantos libros de Freud a precio de saldo-- se puede concluir lo que ocurre con los hermanos ésos que gobiernan en Polonia y que andan un poco obsesionados con que a los niños del país no les enseñen profes maricas y/o de pasado comunista.

Ahora les ha dado por indagar a ver si el Tinky Winky es marica y van a iniciar una investigación no sea que a los críos les de por chupar pollas al ver a un alienígena de peluche con un bolso. Esto, evidentemente, demuestra que el par de gemelos son retrasados. No porque piensen distinto de mí --que también-- sino porque hace como siete u ocho años que se especula con eso y, a parte de que el marciano de marras tiene más pluma que un palomo cojo, es fácil encontrar testimonios audiovisuales de sus prácticas sodomitas.



A la vista del percal, no puedo más que recomendar a estos gemelos, conjuntamente, lo que recomiendo a mis amigas a plan y a mis amigos ex fumadores por separado: anda y cógete un par de butifarras, métete en la boca un buen puro y ¡CALLATE YA!

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