miércoles, noviembre 15, 2006
Subliminalidades
Sobre la publicidad subliminal poco puedo decir que resulte novedoso. Todos sabemos que el asunto comenzó con 1956 con la película 'Picnic', en la cual James Vicary intercaló dos fotogramas que permanecían a la vista durante 1/3.000 segundos y en los que se leía: "¿Tienes sed? Bebe Coca-Cola" y "¿Tienes hambres? Come palomitas". Al parecer, el consumo de Coca-Cola se incrementó en un 18% y el de palomitas en un 58%.
A partir de este experimento saltó la alarma sobre el modo en que ese tipo de mensajes podrían condicionar nuestras conductas. Algunos pensaban que poco menos que podrían ordenarnos lo que hacer como en la peli de "La maldición del escorpión de Jade" sin que fuésemos capaces de oponer resistencia.
Aunque nunca ha habido consenso en el asunto sobre el grado y el modo de influir de este tipo de imágenes, sí es cierto que aunque se reconoce que provocan algún efecto sobre nuestro cerebro, tampoco se les da una importancia tan apocalíptica. Sea como fuere, se siguen utilizando, de forma más o menos consciente, en todo tipo de películas y publicidad.
Ejemplos de esto los hay a patadas. Ahí tenéis el típico que aparece en 'El rey león', donde las nubes se van agrupando hasta formar la palabra 'sex'. También se ve un enorme falo en la portada de 'La sirenita'. Son más los ejemplos de mensajes subliminales-sexuales en las películas de Disney, por eso tampoco creo que sea necesario abundar en ellos.
También son numerosos este tipo de mensajes en la publicidad de alcohol y tabaco. Mítico es el caso de 'Camel', donde siempre había alguien te decía: 'busca el fulano meando'. En bebidas alcohólicas, éste de Baileys es también obvio, ya que al fondo, junto al fuego, los troncos de la leña se confunden deliberadamente con la silueta de una persona desnuda que duerme al calor de la lumbre.
Está claro que, en general, la alusión más habitual en este tipo de mensajes es el sexo. En 'El club de la lucha', sin ir más lejos, Tyler se divertía en su trabajo como encargado de proyector insertando fotos de su polla en películas infantiles, lo cual provocaba el llanto incontrolado de los niños, que no terminaban de saber qué coño -o qué cojones, más bien- era esa cosa que aparecía por unos fragmentos de segundo. Además, durante toda la película se utiliza precisamente esta técnica para insertar imágenes del propio Tyler, como forma de incidir en lo confuso de las percepciones en estados de insomnio.
Pero como ya aventuraba don Manuel Fraga, Spain is different, y el tipo de pornografía que se suele insertar subliminalmente en nuestras televisiones no se refiere a las gónadas humanas. No pretenden incitarnos a copular, que la Iglesia sigue pintando mucho en este país, así que en su defecto, tratan de incitarnos a otra marranada: votar a alguno de los dos partidos mayoritarios.
Uno de los casos más famosos fue el del segundo gol de Butragueño a Dinarmarca en el Mundial de México 86. El Buitre marcó el gol, se fue a celebrarlo y, de repente, apareció el rótulo 'PSOE'. Nunca se aclaró si fue una inserción deliberada o fruto de un error, pero Felipe González incluso tuvo que comparecer en las Cortes, donde afirmó no saber absolutamente nada del asunto -¿igual que en el tema GAL?-.
Más sutil fue la técnica cuando el PP estaba en el Gobierno. El director de informativos de TVE, Alfredo Urdaci -célebre por aquello de cecé o o-, tuvo a bien que los rótulos que se ven al fondo de cada informativo fuesen exactamente iguales en colorido y letra a los utilizados por su partido durante la campaña electoral. Se trata de una práctica que pretende generar vínculos de familiaridad con un determinado formato para que luego, a la hora de votar, lo hagamos por el partido con el que identificamos esa familiaridad. Ya se sabe además que el PP es un partido amante de la familia... aunque ello implique dificultades para entender mecánicas ortofrutícolas.
Con la vuelta de los socialistas al poder hemos tenido dos nuevos ejemplos de este fenómeno. El último, hasta hoy, era el de los informativos de La2, cuando, hace unos meses, en una noticia sobre las torturas en la cárcel de Abu Ghraib, se les coló una imagen de Rajoy en el Congreso. Tan tosca es la cosa, tal y como se ve en el vídeo, que a mí al menos me da la impresión de que se trata, más que nada, del típico error del montador, pero aun así el asunto levantó bastante polvareda política, con los consabidos dimes y diretes de PSOE y PP.
En cualquier caso, tenemos otra evidencia de intento de mensaje subliminal por parte del PSOE, en esta ocasión a través de la publicidad del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). Aunque la resolución es bastante baja, fijaos hacia el segundo 20 en la carpeta que lleva la chica y, justo después, en la foto que aparece en la del chico... por supuesto, el PP ya ha criticado el asunto, así que para variar tendremos nueva semanita de gresca política.
A partir de este experimento saltó la alarma sobre el modo en que ese tipo de mensajes podrían condicionar nuestras conductas. Algunos pensaban que poco menos que podrían ordenarnos lo que hacer como en la peli de "La maldición del escorpión de Jade" sin que fuésemos capaces de oponer resistencia.
Aunque nunca ha habido consenso en el asunto sobre el grado y el modo de influir de este tipo de imágenes, sí es cierto que aunque se reconoce que provocan algún efecto sobre nuestro cerebro, tampoco se les da una importancia tan apocalíptica. Sea como fuere, se siguen utilizando, de forma más o menos consciente, en todo tipo de películas y publicidad.
Ejemplos de esto los hay a patadas. Ahí tenéis el típico que aparece en 'El rey león', donde las nubes se van agrupando hasta formar la palabra 'sex'. También se ve un enorme falo en la portada de 'La sirenita'. Son más los ejemplos de mensajes subliminales-sexuales en las películas de Disney, por eso tampoco creo que sea necesario abundar en ellos.
También son numerosos este tipo de mensajes en la publicidad de alcohol y tabaco. Mítico es el caso de 'Camel', donde siempre había alguien te decía: 'busca el fulano meando'. En bebidas alcohólicas, éste de Baileys es también obvio, ya que al fondo, junto al fuego, los troncos de la leña se confunden deliberadamente con la silueta de una persona desnuda que duerme al calor de la lumbre.
Está claro que, en general, la alusión más habitual en este tipo de mensajes es el sexo. En 'El club de la lucha', sin ir más lejos, Tyler se divertía en su trabajo como encargado de proyector insertando fotos de su polla en películas infantiles, lo cual provocaba el llanto incontrolado de los niños, que no terminaban de saber qué coño -o qué cojones, más bien- era esa cosa que aparecía por unos fragmentos de segundo. Además, durante toda la película se utiliza precisamente esta técnica para insertar imágenes del propio Tyler, como forma de incidir en lo confuso de las percepciones en estados de insomnio.
Pero como ya aventuraba don Manuel Fraga, Spain is different, y el tipo de pornografía que se suele insertar subliminalmente en nuestras televisiones no se refiere a las gónadas humanas. No pretenden incitarnos a copular, que la Iglesia sigue pintando mucho en este país, así que en su defecto, tratan de incitarnos a otra marranada: votar a alguno de los dos partidos mayoritarios.
Uno de los casos más famosos fue el del segundo gol de Butragueño a Dinarmarca en el Mundial de México 86. El Buitre marcó el gol, se fue a celebrarlo y, de repente, apareció el rótulo 'PSOE'. Nunca se aclaró si fue una inserción deliberada o fruto de un error, pero Felipe González incluso tuvo que comparecer en las Cortes, donde afirmó no saber absolutamente nada del asunto -¿igual que en el tema GAL?-.
Más sutil fue la técnica cuando el PP estaba en el Gobierno. El director de informativos de TVE, Alfredo Urdaci -célebre por aquello de cecé o o-, tuvo a bien que los rótulos que se ven al fondo de cada informativo fuesen exactamente iguales en colorido y letra a los utilizados por su partido durante la campaña electoral. Se trata de una práctica que pretende generar vínculos de familiaridad con un determinado formato para que luego, a la hora de votar, lo hagamos por el partido con el que identificamos esa familiaridad. Ya se sabe además que el PP es un partido amante de la familia... aunque ello implique dificultades para entender mecánicas ortofrutícolas.
Con la vuelta de los socialistas al poder hemos tenido dos nuevos ejemplos de este fenómeno. El último, hasta hoy, era el de los informativos de La2, cuando, hace unos meses, en una noticia sobre las torturas en la cárcel de Abu Ghraib, se les coló una imagen de Rajoy en el Congreso. Tan tosca es la cosa, tal y como se ve en el vídeo, que a mí al menos me da la impresión de que se trata, más que nada, del típico error del montador, pero aun así el asunto levantó bastante polvareda política, con los consabidos dimes y diretes de PSOE y PP.
En cualquier caso, tenemos otra evidencia de intento de mensaje subliminal por parte del PSOE, en esta ocasión a través de la publicidad del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). Aunque la resolución es bastante baja, fijaos hacia el segundo 20 en la carpeta que lleva la chica y, justo después, en la foto que aparece en la del chico... por supuesto, el PP ya ha criticado el asunto, así que para variar tendremos nueva semanita de gresca política.
Regurgitaciones:
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Esto precisamente estoy estudiando en la carrera. Había visto casi todos los ejemplos que has puesto, menos el del último video. Madre mía que evidente.
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