martes, noviembre 21, 2006

 

Subliminalidades 2

El otro día os puse un listado de algunas de las búsquedas más peregrinas con las que algunos usuarios accedían al blog... algo me dice que semejante espectáculo no podrá repetirse, porque al reflejar semejantes expresiones, en los últimos días no han dejado de entrar usuarios con semejantes criterios de búsqueda, algunos 'agravados', si se me apura, y las pobres criaturas deben de quedar bastante frustradas al ver que no les ofrezco exactamente lo que desean, claro. Lo siento en el alma, pero no tengo fotos en top-less de Maite Zaldívar!

Por eso, el asunto que retomo hoy es el de las subliminalidades. En el otro post había puesto algunos ejemplos de mensajes subliminales más o menos conocidos de los medios de comunicación. Sin embargo, por azares de la vida, el otro día que fuí a darme un voltio por Vigo descubrimos que también en algunos parques se encuentran determinados mensajes sospechosos de esconder crueles intenciones.

En concreto, nos sorprendió el Parque del Arenal. No sé si tendría algo que ver con nuestra forma de mirar el hecho de que la ciudad estaba salpicada por estatuas de Igor Mitoff, que gusta de hacer macroesculturas en las que predominan los señores con las vergüenzas al aire, pero el caso es que en ese parque vimos unas cuantas marranadas. No obstante, es posible que también tuviese algo que ver el hecho de haber estado tomando antes licores típicos gallegos, pero da lo mismo.

El caso es que en la entrada del parque nos encontramos con esa estatua. Se supone que es un señor matando a una serpiente, imagino que aludiendo a algún tipo de historia mitológica, pero nosotras nos quedamos paralizadas porque, a la vez, creímos ver otra cosa... ejem.

A lo largo del recorrido también había esculturas de Mitoff, con las que tuvimos a bien sacarnos algunas fotos, pero salen nuestras jetas y no os odio tanto como para torturaros con semejantes contemplaciones. Igualmente, había animales varios, como hienas, tortugas... muy majo el parque.

Pero al final de nuestro deambular, nuevamente llegó la parálisis ante una forma sospechosa, en este caso, la que conformaba el chorro de una fuente. Juzgad vosotros mismos. Igual no veis nada, igual corroboramos que simplemente son nuestras mentes que están infestadas de lujuria, pero oye, por lo menos nos echamos unas buenas risas.

Regurgitaciones:
jojojo la fuente es grandiosa, tía xDDD

Recuerdo haber KAUntemplado esas aberraciones, pero el contenido etílico en mi cuerpo serrano era elevado aquel día por Vicus...
 
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