HostiaputaYA!

Se acabó, por fin. La de trabajo que dan un puñado de fotos de mierda, joder. Luego, cuando vengáis a cierto antro el sábado, me diréis: ésta habría quedado mejor así o asao o frito o a la pepitoria. ¿Sí? Pues las hubiérais hecho vosotros. Si no os gustan, os jodéis, que aquí no hay estudio propio, ni maquilladores, ni servicio de limpieza ni puñetas.

Llevo una semana entera durmiendo como el culo, entre fotos, oposición y el hijoputa de Touriño, que para conciliar la vida laboral y personal, no tiene nada mejor que hacer un sábado que montar mítines grandilocuentes. Pero si él no es suficientemente gilipollas y bastardo, el resto que falta lo completan, con creces, las más de 1.000 personas que, en un día de asueto y con más de 30 grados, en vez de irse a la playa, a tomarse unas cañas en una terraza o a dormir la moña de la noche anterior, acuden para aplaudirle.

¿Qué clase de vida pueden llevar esos infraseres? Cuando gobernaba el PP hacían lo mismo y sí, venían autobuses de Lugo, Ourense y demás rincones de la Galicia profunda, pero al menos tenían el incentivo de que luego les daban empanada. Pero los gruppies de Touriño vinieron igualmente de esos lugares sin que luego hubiese comilona. La gente es gilipollas.

Por si fuera poco, ayer, tras terminar las últimas fotos, decidí compartir un rato de relax con mi compañera de piso y lo hicimos -tomar el momento de relax, digo- viendo la tele, la cual llevaba más de un mes sin que la encendiera ni para ver el fútbol. Y no sé si es que me estoy volviendo carca o qué me pasa, pero quedé absolutamente traumatizada con un programa en el que una pareja más fea que un perro recibía consejos sexuales por parte de una fulana.

Luego, metían a la pareja en un cuarto y se ponían a copular mientras eran grabados con una "cámara de calor", resultando así una especie de versión lisérgica del porno casero con el que nos deleita cada noche Canal 47 al que, además, tenían los santos huevos de ponerle música de Michael Bolton o de algún peludo de ésos que cantan baladas romanticoides.

Perplejas ambas y costándonos terminar la pizza Tarradellas que estábamos cenando, decidimos cambiar de canal por nuestro bien estomacal. 'Te sales de Judas para meterte en Pilatos', que dice mi abuela... Porque en el otro canal había una especie de máquina de la verdad, en la que aparecía un gañán con toda la pinta de haberse zampado bocatas y bocatas de anabolizantes en sus años mozos al que le estaban preguntando si se había tirado a una fulana de Baeza y si también accedía carnalmente a unas rumanas que trabajaban en su cortijo.

En segundo plano se veía a su mujer, a la que no le llegaba la camisa al cuerpo. Y el fulano, que pretendía que su cornuda esposa le concediese una segunda oportunidad, venga a decir que no a todo, que vamos, que ni se había cascado una paja desde que lo dejó, de lo mucho que la respetaba. Al final, todo mentira. Había ido de putas, se había tirado a la de Baeza y encalomado igualmente a las rumanas del cortijo.

Ciertamente, no tiene mucho sentido que esté contando esto, pero en fin, necesitaba desahogarme antes de volver a colgaros noticias estúpidas.