jueves, abril 27, 2006

 

Vértigo Numérico

Lo mismo que cuando comienzan esos días de toda mujer me pongo hecha un basilisco, las últimas jornadas menstruales me transforman en un cachorrillo asustadizo que observa todo con una extraña combinación de curiosidad y pánico.

Teniendo en cuenta pues que estoy en los últimos días de mi querida regla, me hallo en esa fase cachorrillo y, aunque parezca mentira, mi instinto se tapona y no me apetece insultar ni blasfemar. Las hormonas son unas traidoras, supongo que a estas alturas todos estáis al tanto de ello.

El caso es que hoy me dio por una de mis obsesiones recurrentes. Quizá se deba a que soy una Teleco frustrada y a que, por eso, las ciencias se me manifiestan de vez en cuando, pero el caso es que no puedo dejar de pensar en números y en sus curiosas relaciones con el espacio y el tiempo. En suma, me posee el vértigo de ser consciente de cómo esos inocentes dígitos van condicionando nuestra vida.

El paradigma de numeralización de nuestros días es, sin duda, el calendario. Cada jornada esta alfanuméricamente prevista con una antelación habitual de 365 días, encuadrados a su vez en meses, semanas y nombres predefinidos para cada uno de ellos. Por su interior nos movemos y en ellos vamos encuadrando nuestras vivencias.

Por un lado están las vivencias colectivas. Así, no podemos dejar de evocar determinados acontecimientos ante la repetición, en años posteriores, de días concretos. Véase 11-M, 23-F, 11-S, 19-J... Unos u otros condicionan en mayor o menor medida esas evocaciones en función de la proximidad. Así, el 11-S nos afectó a todos, el 23-F y el 11-M de una forma más concreta a los españoles y el 19-J -fecha de las últimas eleccione sen Galicia que supusieron largar a Fraga- forma parte más bien de la memoria de los gallegos.

Como todo viene a ser fractal en esta vida, el ámbito de esos números se va reduciendo hasta llegar al nivel de las vivencias propias de cada uno de nosotros. Y por eso, para cada persona, existen también fechas concretas que quedan grabadas para siempre, en la medida en que han condicionado el resto de sus vivencias.

Y justamente eso es lo que me da un vértigo terrible. Mirar a una calendario. Ser consciente de que el 22 de abril de 2005 no tenía ni puta idea de lo que me iba a ocurrir por culpa de una decisión estúpida del día siguiente. Ser consciente de que el 13 de mayo de 1998 por la mañana tampoco tenía ni la más remota intuición de lo que una llamada telefónica informándome de una desgracia iba a condicionar mi vida...

Ser consciente de todo eso es lo que me hace consciente hoy, cuando paso las hojas de una agenda, de que en esos días numeralizados del inocente calendario que nos regalaron en el banco se ocultan jornadas terribles, jornadas de disfrute absoluto, jornadas de descubrimiento y, más que probablemente, varios puntos de inflexión que nos harán cambiar para siempre. Ahí, en esos días hay personas que, para conocerlas, habrán requerido la inversión de x años de nuestras vidas.

Y cuando eso haya ocurrido -aquí viene el segundo vértigo-, cuando comencemos a indagar en las vivencias de esas personas, probablemente, nos daremos cuenta de que espacialmente hemos coincidido en cientos de lugares previamente. En lugares en los que entonces éramos desconocidos. Y eso me mata. Ver que todo está en manos de un azar, de un destino de un Dios o de lo que cojones sea. Ver que las causas de nuestra felicidad y de nuestro dolor más profundo las hemos tenido delante, pero que sólo se manifestarán un día cualquiera, en el número de día, de mes y de año menos previsto del calendario.

Regurgitaciones:
¡Silik!
 
Eins zwei drei vier funf sechs sieben acht
Uno due treis quattro
One two
Ichi ni san chi
Adjin, dva, tri
Li, Tva, Tri


Esclavos de los números, de los ciclos, de las operaciones matemáticas...

Ja tvoi sluga, ja tvoi Rabotnik
 
Oye, muy bueno este post, me ha gustado mucho...
Saludos.
 
A la vez que leía el post me venía a la cabeza una secuencia similar al inicio de "El club de la lucha" con las marcas de revistas, pero esta vez con números y calendarios.
Este post es puta poesía... la hostia
 
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