sábado, abril 22, 2006

 

Promesas cumplidas



Lo estabais esperando, que lo sé yo. Y ya empezaríais a pensar que la fortuna me había sonreído y que ésa era la razón por la que tardaba en cumplir mi promesa. Pues no, no es así. Lo más parecido a la fortuna que he tenido cerca ha sido algún paquete de tabaco de esa marca, así que os quedáis sin mi sonrisa.

Como deduciréis, esto implica que mis viles objetivos no se han visto cumplidos, si bien es cierto que estos días lo he pasado como una enana, especialmente contemplando que las gruppies pueden resultar aún más miserables que yo... qué cojones, mucho más miserables que yo. No obstante, es cierto que tales vivencias me han llevado a pensar que la mejor inversión para mi vida sexual debería ser aprender a tocar la guitarra o cualquier otro instrumento porque da igual el aspecto poco higiénico que tengan los miembros de cualquier grupo, da igual que tiendan a la obesidad, da igual todo. Las gruppies siempre están ahí para ellos y encima suelen ser monas.

Sea como fuere, aunque tiendo a asumir que la compañera de trabajo no vive en mi acera, ahora que juego sin presión me limito a disfrutar del surrealismo que sigue invadiendo nuestras conversaciones, de lanzar comentarios con subtexto sin pudor y sin que ello implique que tartamudeo o que me pongo colorada.

Yo, por si acaso, tendré en cuenta su petición de que la llame cuando se me ocurra ir al cine. No pierdo nada, oyes. Y además, para qué negarlo, aunque las esperanzas actualmente rocen el bajo cero, me ayuda a olvidar momentos que deberían estar enterrados ya en el subsuelo.

De hecho, imagino que no es casual, sino causal, que publique este lamentable post cuando se cumple justo un año del día en que conocí a la que se iba a convertir en mi relación más tormentosa. Precisamente, esa noche salí cuando eso era lo último que tenía pensado hacer. Además, lo hice con un amigo con el que no es muy habitual tampoco que salga de copas. Y mira, terminé durmiendo en casa ajena de primera cita por primera vez en mi vida.

Para 'celebrar' el aniversario, hoy tenía pensado quedarme en casita viendo alguna película y evitar así la posibilidad que otorga la noche de encontrarme con otro cuerpecillo en tan fatídica fecha. Sin embargo, esta tarde me fui de tiendas y me compré una americana monísima y una camiseta que parezco una modelo de Jean Paul Gaultier. Así que cuando llegué a casa me dije: qué cojones, esta noche tu sales aunque trabajes mañana. Y además, para demostrarme a mí misma que soy más chula que un ocho, decidí quedar con el mismo amigo que quedé hace un año.

Según acabo de mirar en una web gracias a Google, las posibilidades de que te parta un rayo son una entre 600.000. Por lo tanto, la posibilidad de que te parta dos veces un rayo imagino que es aún más remota. Así pues, las posibilidades de que el 23 de abril vuelva a convertirse en una fecha repulsiva para mí deduzco que son escasas aunque salga con un paraguas en plena tormenta.

Pues eso, que os dejo aquí la otra foto con los ositos de mi pijama y que me voy de fiesta, que ya está bien.



Ah, ya os contaré lo de Nada Surf... pero eso mañana, que me vienen a recoger ya.

Regurgitaciones:
Hay que cerrar círculos... Moníiiiisimo el pijama muajajajaja
 
Que morbazo con ese pijama, no? Yo de tu me lo llevaba para salir esta noche...
 
jO... A MI ME HAN DECEPCIONADO UN TANTO LAS FOTOS QUERÍA má de .Vd........
 
Where did you find it? Interesting read » »
 
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