domingo, abril 16, 2006

 

Charming Caspa IV: Productos Pascual



Si tenéis de 24 ó 25 años en adelante, salvo que hayáis tenido unos padres modernos que os prohibieron ver televisión, vuestra infancia estará inevitablemente marcada, cual vaca frisona, por el fuego candente que son para las neuronas los anuncios del Grupo Leche Pascual.

Este emporio, que comenzó como su andadura en 1969, no cabe duda de que ha marcado los pasos de la diversificación del mercado lácteo en este país, pero si hay algo que los caracteriza por encima de sus productos, es la capacidad para superarse, año tras año, en la casposidad de sus campañas publicitarias.

Por más que he hurgado en Google, no he logrado localizar la respuesta a una de esas preguntas absurdas que todos nos hemos hecho más de una y más de dos veces en la vida: ¿quién cojones hace los anuncios de esta compañía? Ante la ausencia de respuestas, la conjetura más plausible es que son los propios directivos quienes, en una muestra de que creatividad y capacidad para negociar no están reñidas, nos deleitan con semejantes aberraciones.

Es una pena que no disponga de material audiovisual para ilustrar este repaso que me propongo por semejante galería de los horrores... no todo iba a estar en YouTube, claro. En cualquier caso, el primer referente que mi memoria tiene de estos productos es aquel eterno publirreportaje de varios minutos que nos indicaba que podíamos ir al retrete sin prisa alguna, porque cuando volviésemos aún no habría terminado.

En ese publirreportaje podíamos contemplar a las vacas con tubos metálicos enchufados a sus ubres, luego veíamos la leche en unos tanques inmensos y, entretanto, una voz en off tan sobreactuada que parecía que iba a anunciar la muerte de alguien, nos explicaba un concepto que entonces sonaba a ciencia ficción: la pasteurización.

Al final salían una panzá de camiones de la empresa que eran más largos que el del Coche Fantástico. Por último, aunque la memoria me falla en este punto, imagino que aparecerían los directivos con algunos de sus productos en la mano mientras soltaban un eslogan de vulgar rima consonante.


LLEGAN LOS ANUNCIOS CON MUSIQUILLA



El siguiente hito publicitario de la compañía me viene a la cabeza con melodía y todo. La letra casi me la sé entera y agradeceré encarecidamente que algún alma bondadosa la complete. Si no me equivoco, era más o menos así:

"Estoy harta de engordar
(...)
a mi la grasa no me va.
Pienso cuidarme mucho mucho más,
voy a tomaaaaar Leche Desnatada Pascual
Leche Desnatada Pascual
Leche Desnatada Pascual"


Al final del spot, también recordaréis, la chica cerraba el frigorífico, en un sutil gesto, con sus posaderas. Y sonreía, sonreía mucho, porque tomando esa leche ya no sería una vaca nunca más.

LOS PELIGROS DE LA DIVERSIFICACIÓN



Ampliar el negocio es bueno. Y que recuerden tu producto, también lo es. Pero lo que cabría preguntarse es si ese recuerdo debe mantenerse a cualquier precio. Para los publicistas del Grupo Pascual parece que sí. De lo contrario, no entiendo cuáles podrían ser las razones para poner a un agua un nombre con tan mala rima como Bezoya. No me sirve de excusa que el lugar del que se extrae se llame así. En Almería hay un pueblo que se llama La Mojonera y por mucho orgullo patrio que tengan, imagino que no se les ocurrirá bautizar a sus productos con tal denominación de origen.

Obviaré pues, alusiones a lo que decían los niños que les ocurría cuando bebían ese agua...

LLEGA EL PRIMO


Otro de los hitos procede también de la cacareada diversificación de productos. Ya sabemos que Zumosol es la línea de zumos de Pascual y el primo del Zumosol forma parte de nuestro imaginario colectivo. A mi juicio, el famoso primo forma, junto con Mr. Propper, el primer caso de emisión en España de un homosexual bajo la apariencia de cachas cachondón. El muchacho, que yo recuerde, nunca llegó a abrir el pico, pero esas camisetas tan ceñidas y su afán por la vida sana, cuando menos, lo alejaban del arquetipo de macho ibérico vigente por entonces en este país.

Por cierto, el niño que amenazaba con llamar al primo forma parte de esos seres con los que he fantaseado sádicamente. Su voz, su carácter evidentemente chivato eran demasiado susceptibles para el odio ajeno.

SIGLO 21, SIGLO DE MESTIZAJE


Con el nuevo siglo llegaron nuevos productos, esta vez, recombinación de todos los anteriores. Y así, tenemos la saga de BioFrutas, esa mezcla de zumo con leche que, por cierto, si lo tomas después de hacer deporte, te provoca una sed infernal.

Quizá, los anuncios dedicados a estos productos no han sido del todo aberrantes. Lo dejamos en que son formalmente toscos y conceptualmente obsoletos -joder, qué pedante estoy hoy-. Así, aparecen las típicas imágenes que vinculan la vida sana con el BioFrutas de marras, así como un bombardeo del envase del producto, para que no lo confundamos con otros cuando vayamos al Pryca.

Sin embargo, en ese anuncio en concreto había un detalle que a muchos pasó desapercibido, pero que refleja que la producción audiovisual no es el fuerte de esta compañía. Así, cuando una chica que había estado paseando alegremente en bicicleta se detenía a 'beber' su BioFrutas, el plano medio delataba miserablemente que era imposible que la buena moza estuviese bebiendo nada, en la medida en que todos podíamos ver el precinto de aluminio sin abrir. Lamentable.

Podría seguir, si mi memoria no estuviese tan deteriorada, hablando de cuando se lanzaron los cereales o hacer lo propio respecto a sus nuevos productos elaborados a base de soja. También podría detenerme en la casposidad de una gaseosa -cuyo nombre no recuerdo ahora- cuyo spot mostraba a unos jovenzuelos en un jeep que se terminaban echando las botellas encima. Oh, jóvenes alocados, qué felices...

Pero en fin, creo que por hoy ha sido suficiente.

Regurgitaciones:
Nena, para mí, la marca de leche más horrible en publicidad y, por lo tanto, que más ha vendido gracias a ella es, sin duda, la Asturiana...

"A mí no me gusta la graaasaaaa,
aquí no hay, no hay,
pero me gusta la leeeecheeee,
y como esta no hay ninguna igual...
Central lechera Asturiaaanaaa..."

Lo peor, el anuncio de las vacas bailando coincidió con la crisis de las vacas locas, y ¿sabes? Vendió incluso más.
 
Y lo mejor es que la estética publicitaria de 'Pascual' fue copiada punto por punto por 'PMI', una compañia creada con el único ánimo de hacerse pasar por su competidora...

Busca, compara y si encuentras algo más horrendo, postealo...
 
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