martes, enero 03, 2006

 

Peregrinar televisivo

No viene para nada a cuento con lo que iba a escribir, pero es que me acabo de quedar perpleja. Y es que es hábito en mí componer estas líneas autotrepanatorias en el salón de casa con la tele puesta de fondo, que es para lo que la uso. En la Primera estaba la fulana ésa que tanto pone a los abuelos y que yo pensaba que había quedado para anunciar Teena Ladys. En La2 ponían una cosa en la que salía mucho verde y como a mí chégame coa miña terra galega, pasé también. En A3 (a-trois?) sigue la vacaburra de Brendan Fraiser peleándose con unos morapios; en la Telegaita aparece un gañán que no sé si es Ted Danson, pero que en cualquier caso fala un galego normativo que nin Dios -e di cousas coma 'direferenza', 'espazo' ou 'grazas'-.

Por su parte, en Telecinco hay una cosa que parece como de Garci o Armendáriz. Vamos, una serie de ésas ambientadas en la Guerra Civil, probablemente en algún pueblo del Norte y que, sospecho, retirarán en breve por falta de audiencia.

Ante este panorama, sentía la tentación de picarle al Canal47, donde siempre emiten un porno casero tan entrañable que aplaca mi procacidad incontenible tal cual como si en vez de Cola Cao le hubiese puesto bromuro al vasito de leche que me tomo antes de dormir. Sin embargo, en la medida en que no suelo encontrar contertulios con los que comentar los fallos de raccord y las sombras misteriosas o reflejos de terceras personas en los espejos de este tipo de cine, he considerado más oportuno sacar mi vena gafapasta y poner la Cuatro, que es esa cadena ideada para jóvenes cabreadillos que pueden estar medio al día y ser modernos y culturetas aunque no se puedan pagar un canal digital.

El caso es que cuando por fin estaba dispuesta a escribir una payasada más para canalizar mi mala hostia vital, me encuentro con que en la dichosa Cuatro están poniendo una serie peplum con muchos romanos con faldas cortas. Mariconadas! -pensé-. Y efectivamente, mariconadas pero de las gordas. Yo desde luego no sé adónde va a parar este mundo, lleno de pecado y depravación. Levanto inocentemente la mirada y me encuentro con dos fulanas lloriqueando y, consuela que te consuela, han terminado pegándose un lotazo que de largos que se me han puesto los dientes, no sé si me va a llegar con la pasta que me queda en el botecillo.

Así que nada, que finalmente tendré que dejar para mañana la chorrada que tenía preparada para hoy y, por supuesto, no me quedará otro remedio que contemplar un rato el Canal47... salvo que alguien me ofrezca un plan mejor, claro.

Regurgitaciones:
Es la mejor definición que se le podía dar al 4, aunque del 4 al 47 sólo van 43...qué tan cerca estamos siempre de lo pornográfico, mencanta!
 
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