martes, febrero 14, 2006

 

Charming caspa (I)


Hay infinidad personajes que pueblan nuestra iconología más bizarra, pero algunos de ellos, quizá porque da la impresión de que hacen lo que hacen con la vehemencia de un niño, tienen un punto entrañable. Los ves en la tele y te da la risa floja, no sabes bien por qué, pero te la da. Te aparecen en el teletienda y, en el fondo, te cuesta cambiar.

Eso me ha pasado siempre con Chuck Norris. Basta que alguien mencione su nombre, que ya empiezo a reír y a rememorar en mi cabeza sus patadas giratorio-voladoras reproducidas desde diversos planos a cámara lenta o el viril modo en que se apoya en la puerta de su todo terreno, el rostro compungido cuando ha de entregarse para que no le hagan daño a la chica...

La facilidad con la que este personaje, que siempre se ha interpretado a si mismo, encarna todos los arquetipos del macho man con sentimientos me encanta. Es algo que, por ejemplo, no me ha inspirado nunca otro experto en dar porrazos, como Van Damme. Van Damme se sabe guapo y lo de pegar patadas no es sino una excusa para lucir el palmito. Oh, pero Chuck... Chuck cree en la capacidad liberadora de sus puñetazos y watas, en su función de redención mundial. Chuck es auténtico.

Regurgitaciones:
He de ser sincera contigo: mencanta esto de la charming caspa XD, me encanta poder leerte a diario y no tener que estar languideciendo días enteros sufriendo el mono...pero ya me preocupas eh!
Hala un beso mostrenco
 
Al final del libro Guiness de los records, se advierte que todos los tiene Chuck Norris, y que los que aparecen en el es lo más cerca que ha estado nadie
 
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